Durante 6 años de historia el Museo de Arte Contemporáneo de Perm, ha creado tres proyectos dignos de ser expuestos en cualquier sala de exposiciones de países europeos, el primero fue del Pobre ruso, la comisaria artística y critica Ekaterina Degot, llevo a Perm una serie de artistas ucranianos, mostrando el empuje del cambio generacional.
El museo, cuyo futuro con el nuevo gobernador de la región de Perm, inspira algo de optimismo y más cautela, preparo una exposición de artistas kazajos montada por la Comisaria Naila Allajverdieva.
El país de Asia Central se conoce por el cosmódromo de Bikonur, Borat y Astaná, la nueva capital desierta como las ciudades fantasmas de China, en lo referente al arte, los cerrajeros recuerdan que por lo años 90 en un performance de Kanat Ibrahimov, se degolló en la galería un gallo vivo.
En la exposición de Per, Ibrahimov, muestra en una grabación cruel la represión que sufrían los trabajadores del petróleo al cual se les une una pintura dorada.
Esta exposición muestra artistas antes de Ibrahimov y después de él, los autores kazajos encuentran galerías europeas y norteamericanas dentro de la ola de interés general, donde el arte contemporáneo muta de un país que por un lado es parte de Oriente y por el otro esta pasando por una crisis de identidad.
Como todas las republicas de la antigua URSS, en Kazajistán esto apareció por el método habitual, mediante la creación, con dinero de Goerge Soros del Centro de Arte Contemporáneo.
En la exposición existen el romanticismo con “El rostro de la novia”, donde las persona comparan el arte kazajo con el episodio del rito nupcial, donde se muestra al novio el rostro de su prometida, no todos las exposiciones gustan al espectador.
Las películas de Almagul Menlibaevaya son algo a medio camino entre Nostalgia de Tarkovski y el feminismo de la iraní Shirin Neshat. En “Salida” muestra a dos kazajas vestidas de negro llevando en brazos unos niños grandes y desnudos, que ya podían andar.
En “Punto de montaje”, muestra la cena de estos mismos personajes en un restaurante con cuadros y bailarinas tetudas, la critica al patriarcado no es tan dura como la de las colegas de Menlibaevaya, que consiguieron refugio en el Occidente.
En la exposición Erbossin Meldibekov “Pastan en la calle”, graba un performance con un anciano con gorro tradicional que golpea en la mejillas a un joven, las viandantes miran lo que ocurre pero no muestran la más mínima sorpresa.
Las tres instalaciones de Rustàm Jalfin de la serie “Nivel cero”, se sitúan en diversas salas, los trabajos son dedicados a la estepa, una imitación de arcilla de tierra agrietada sirve como apoyo a esculturas y objetos de arte, es un monumento al modo de vida nómada con un toque de metafísica europea.
La obra “Mustang” es un caballo hecho de camas viejas de Georgui Triakin, y “Snaiper” de Said Atabekov, representa una cuna con un fusil de madera en lugar de mango.
En fin, el arte contemporáneo es desarrollado por diversos artistas, a pesar de que los espectadores de las diversas obras no perciben lo mismo que cada artista quiso plasmar en sus obras.